PAPA Y MAMA YA NO SE AMAN

“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio ”, dice Joan Manuel Serrat, cantante y poeta catalán que tantas veces nos maravilló con sus letras. No esta vez con esa afirmación. La experiencia demuestra que la verdad puede ser triste, pero nada permite asegurar que no tenga remedio.

La verdad en sí es un remedio: a la ignorancia, a la confusión, a la sospecha inquietante, a las ilusiones estériles.

A un hijo le duele que los padres no se amen, porque eso trae consecuencias sobre su vida cotidiana, su rutina, su imagen de familia. Pero teniendo en cuenta ciertos factores es posible- y necesario- evitar que sea traumático, es decir que interrumpa su desarrollo físico, afectivo e intelectual.
Siempre es bueno recordar en estas ocasiones que fracasar como pareja no implica fracasar como padres.

Cuando un hombre y una mujer han tomado la decisión de separarse, deben comunicarlo a los hijos, sin dar lugar a que ellos sientan que pueden intervenir en la decisión “ como tal vez ustedes ya han notado, mamá y papá ya no quieren vivir juntos. Ustedes seguirán teniendo a papá y mamá, no pierden a sus padres, no cambian de apellido- es una fantasía frecuente en los niños- nosotros no nos separamos de ustedes. Como padres, pensaremos la mejor manera de organizarnos para quese sientan cuidados y protegidos”.

Frente a una separación es preciso cuidar especialmente:

1. Que los niños se sientan responsables y piensen por ejemplo “ hemos sido malos ”, “ hemos hecho tanto lío que por nuestra culpa…” ( muchísimos niños lo sienten, si bien no lo dicen ).

2. Que por tal motivo intenten hacer algo por evitarlo, asumiendo una responsabilidad que no les corresponde y que los haría sentir impotentes. Hay niños que enferman para mantener unidos a sus padres, aunque sea en un hospital.

3. Que se cuestionen el sentido de su vida. He escuchado a muchos niños, en estas situaciones, decir “¿entonces para que me tuvieron?”

4. Que se sientan convocados a defender a alguno de sus padres, los hijos deben quedar fuera del conflicto. Es deber de los padres impedirles ser cómplices o jueces “ nuestros problemas los arreglaremos entre nosotros o con otros adultos si fuera necesario, ustedes no tienen nada que ver en esta decisión”. Si un niño dice “ mamá es loca” o “ papá es malo”, los padres pueden responder: “ no sé porqué lo dices, no sé si realmente lo piensas o sólo repites frases que has escuchado”.

5. Que sufran por tener que repartir su amor, temiendo ofender y despertar celos en alguno de sus padres. Es frecuente que los hijos de padres separados no puedan hablar libremente de lo bien que la pasan cuando están con el otro padre. Ellos intuyen cual es la versión que pueden comunicar y cual les conviene callar.

6. Que se sientan inclinados a proteger a alguno de sus padres, o a ambos, si los ven muy solos, y notan que los necesitan para llenar un vacío. Frente a esta actitud es recomendable decirles “ cuánto más contento estés tú, más contento/a estaré yo, ve tranquilo a hacer tu vida, yo me ocuparé de la mía”.

Una buena manera de reconfortar a un hijo que atraviesa por esa experiencia es recordarle que él es la prueba de un amor que dio que dio frutos
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